En el jardín posterior de la residencia se diseñó un andador que sigue líneas orgánicas y contrasta con la ortogonalidad de la arquitectura. La vegetación que se propuso crea un ambiente silvestre, conformado por plantas herbáceas y especies juníperas. Las plantas siguen estas formas curvas y mantienen una textura similar dentro de una gama de tonalidades verdes, violetas y blancas.