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Loft de la escalera espiral roja, arqflores / architect arqflores / architect Baños modernos
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Loft de la escalera espiral roja, arqflores / architect arqflores / architect Baños modernos

Los clientes, de origen estadounidense pasaron algunos años viviendo en la Ciudad de México, y durante esa larga estancia al enamorarse de nuestro país, decidieron invertir en la construcción de casas en San Miguel de Allende y en las playas de Punta Mita.

La elección del lugar de la construcción de su tercer proyecto fue Puerto Vallarta, decisión acertada por el crecimiento de Bahía de Banderas. El lote, una antigua bodeguita de escasos 50m2 de superficie, ubicado en el centro de Puerto Vallarta en un punto privilegiado, a tres calles del malecón, cercano a la parroquia y al río Cuale, con vistas a la siempre verde sierra madre occidental.

La intención del proyecto fue hacer un espacio de vacación y descanso para la familia y amigos, por lo que decidimos hacer dos unidades en una con un solo ingreso; el estudio en planta baja y el loft en los niveles superiores. Siendo el espacio tan pequeño decidimos hacer espacios abiertos tanto en sentido horizontal como vertical para ampliar las visuales y la sensación de espaciosidad; en las circulaciones verticales usamos una escalera compensada para ahorrar espacio, también hicimos un puente y una escalera en espiral con huellas de cristal para permitir el paso de la luz, la doble altura y el uso mínimo de muros ayudaron también a mantener el espacio amplio.

Puerto Vallarta pasó de ser un pueblo tradicional a un destino turístico internacional, sufriendo un crecimiento rápido con poca planeación, peligrando su identidad arquitectónica, por lo que al aceptar este encargo fuimos responsables respetando el uso de suelo, su densidad y la tipología arquitectónica, pero conscientes también de la actualidad de nuestro tiempo.

Considero que aunque intervengamos arquitectónicamente en un lugar tradicional, debemos aportar nuestra interpretación de nuestra actualidad, integrándola a esas raíces culturales.

Muros blancos y cubiertas de tejas son obligados, la construcción cerrada sin servidumbres laterales y frontales también. La fachada se solucionó con balcones diagonales conectados a muros salientes en diagonal en una conexión continua. La herrería de los balcones es también una integración entre barandal y parrilla cuadrada de la plataforma, que a la vez se conecta a la losa de los balcones; formas diagonales en una fachada plana que a ciertas horas del día proyectan unas sombras dinámicas.

Muros repellados con cemento arena, muros de ladrillo aparente hecho a mano en su interior, pisos de cemento pulido en color blanco y gris natural que se integran a los muretes y cubiertas de las cocinas y los baños. La herrería se hizo con herreros locales, donde la escalera roja se pensó desde el inicio como un elemento visual muy importante del loft. Carpinterías en madera de amapa de la región con frentes zigzagueantes, mosaico de pasta con diseños geométricos, espejos y lámparas geométricas hechas a mano en San Miguel de Allende.

Finalmente instalamos algunas piezas de artistas mexicanos y se invitó a un artista de Xalitla Guerrero a pintar un mural.

Pensamos que todos estos elementos bien seleccionados, muestran una imagen fresca de lo que es México en Vallarta.  

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