Introvertida, sólida y antagónica vivienda unifamiliar en condominio privado que resguarda la intimidad de sus habitantes dentro de un gran monolito de concreto dispuesto alrededor de un patio central que ordena, facilita vistas al sur, procura buenas orientaciones y genera un microclima interior que responde a las condiciones físico-geográficas de la zona.

A partir de una retícula ordenadora de 6x6 m se establece el andamiaje del proyecto, que alberga en cada uno de sus módulos, el programa que gradualmente se desarrolla concéntricamente alrededor del patio central en una secuencia tectónico-espacial que transiciona desde lo público hasta lo privado en tres niveles.

La cochera y un salón flexible en sótano, definidos en pisos y muros por la dureza de la misma piedra extraída del sitio, sirven como basamento sobre el cual descansan la zonas púbicas (acceso, sala, comedor, cocina, estancia familiar, estudio y terraza), caracterizadas por la brutalidad del concreto y la calidez del mármol travertino nacional en planta baja. Finalmente, el ámbito privado en planta alta que alberga las habitaciones familiares y de servicio, se encuentra revestido en su mayoría por madera natural en pisos y en muros que brindan una atmósfera suave y acogedora a sus habitantes.