En el Valle de Tepoztlán nace un jardín que parece ser uno de los cerros del Tepozteco. La majestuosidad de estos cerros con sus enormes rocas, su variada vegetación y su rico colorido nos invita a jugar, como arquitectos paisajistas, con estos elementos naturales, haciéndolos parte esencial del diseño, y nos obliga a utilizarlos como vehículos para transmitir la fuerza y magia del paisaje de Tepoztlán.