Esta vivienda inspirada en la obra de Campo Baeza, retoma la geometría básica con la sobre posición de volúmenes, así como el manejo de la luz como eje de enlace; dándole la espalda al exterior y abriéndose a un jardín posterior, este hogar está conformado en planta alta por tres habitaciones todas con baño y vestidor y área de lectura o de tv, y en planta baja un pequeño recibidor da la bienvenida para dar paso a la sala, comedor y cocina, también tiene medio baño y cuarto de lavado, cochera para dos autos y jardín frontal, todo en una superficie de 230 m2. El acabado del aplanado del exterior y el color “rojo quemado” son tributo a la obra de Luis Barragán.