Un capricho hecho hogar en Barcelona

María Bausán María Bausán
Cambio Sena por Mediterráneo, Egue y Seta Egue y Seta Salones modernos
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Esta es la historia de un matrimonio parisino de mediana edad y cierto poder adquisitivo a los que de vez en cuando les gustaba coger las maletas y cambiar el Sena por el Mediterráneo. Sus visitas constantes a Barcelona les hicieron plantearse la posibilidad de cambiar las impersonales habitaciones de hotel por un apartamento propio en el que dejarse caer una vez al mes para disfrutar de la Ciudad Condal. 

Así surgió este maravilloso proyecto de los Arquitectos de interiores Egue y Seta, que convirtieron un viejo edificio desfasado, pero con gran potencial, en un coqueto apartamento. De esta forma, el capricho se volvió hogar, aunque sea un hogar solo de fin de semana. ¡Vamos a descubrirlo!

Un concepto abierto, urbano y elegante

Empezamos nuestro paseo por este apartamento barcelonés visitando la zona de día. Aquí las habitaciones han sido unificadas en una sola sala que acoge salón, cocina y comedor. Un espacio común que, sin embargo diferencia bien sus distintos usos. Luminosa y cálida, en esta moderna habitación descubrimos algunos de los rasgos antiguos de la construcción, que le dan su especial carácter. Y es que al despojar la vivienda de su falso techo salen a la luz las viejas estructuras, que han sido pintadas de blanco para hacerlas más discretas y evitar que todas las miradas vayan a ellas.

La separación empieza por el suelo

Más rasgos de la vieja casa los encontramos en la pared frontal, donde el ladrillo visto consigue darle un toque urbano y cosmopolita a la vivienda. Por otro lado, entre cocina y comedor no solo se levanta una funcional isla, sino que el pavimento cambia. Las baldosas de forma hexagonales delimitan el espacio destinado a la cocina.

Detalles que marcan la diferencia

Seguimos hablando de revestimientos, esta vez del alicatado de la cocina, inspirado en las antiguas baldosas hidráulicas. Un diseño ecléctico con diferentes motivos que está muy de moda últimamente y que hace más viva y alegre esta habitación.

Vayamos por partes…

Salimos de la zona de día para descubrir que nos depara el resto de la vivienda. Todas las habitaciones, dos dormitorios, uno de ellos suite, y un cuarto de baño, se abren a un pequeño distribuidor. Para aprovechar bien el pequeño espacio, la puerta del baño se ha puesto corredera, y el blanco, que aporta luminosidad y una mayor sensación espacial, es el color clave.

El dormitorio

Sencillez de inspiración nórdica para un dormitorio principal lleno de encanto. Al igual que en el salón, se ha dejado vista la estructura de revoltones del techo. La madera de las ventanas, donde se ha recuperado las contraventanas, conecta con el resto de muebles, pocos, pero bien avenidos. Una combinación cálida que invita al descanso. 

La iluminación también se ha cuidado, creando un espacio casi mágico en la cabecera de la cama, con luces cenitales que crean un ambiente muy íntimo.

El baño privado

Tras una pequeña puerta corredera se esconde el cuarto de baño de la suite. Al tratarse de un espacio luminoso con ventana propia, se ha optado por incluir algunos tonos oscuros para revestir la pared de la ducha, lo que le da un aire más sofisticado y elegante a la habitación.

El dormitorio complementario

Un segundo dormitorio se ha habilitado en la casa. Sin muchas pretensiones, pero con el objetivo de ser funcional y agradable, en esta habitación se ha jugado con el contraste de colores claros y textiles oscuros. Además, la decoración conecta con el resto de espacios de la casa, con esa silla Eames que no podía faltar tampoco en este espacio.

El cuarto de baño

Al contrario de lo que veíamos en el anterior cuarto de baño, aquí la falta de una ventana se ha salvado con el uso del blanco. Sin embargo, para evitar el tono aséptico en exceso, se ha querido dar un toque de personalidad a la habitación con el alicatado de la pared de la ducha. Formas geométricas en tonos degradados de verde que no pasarán desapercibidos.

Este no es el único proyecto de Egue y Seta del que hemos hablado en nuestra revista. Te proponemos que le eches un vistazo también al artículo Una casa mediterránea con corazón industrial.

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