En este libro de ideas les compartiremos 8 rutinas de mantenimiento importantes para la parte de afuera de nuestra casa.
La fachada de nuestras casas, como lo hemos dicho otras veces, es la carta de presentación y la encargada de generar una primera impresión favorable o desfavorable a los visitantes. Por estar expuestas a los elementos y a la contaminación, las fachadas se ensucian con facilidad y no someterlas a trabajos de mantenimiento regulares tendrá como consecuencia gastar mucho más en técnicas más costosas para remover la suciedad acumulada de mucho tiempo.
Con esto en mente, les traemos 8 métodos de mantenimiento para las fachadas que nos darán la satisfacción de tener fachadas impolutas por más tiempo.
En casos un poco más complicados el agua no logrará desprender la suciedad sin ayuda de otros productos. Ciertos jabones o detergentes aplicados con esponja son la mejor opción especialmente en revestimientos con relieves.
El lavado con agua a baja presión es ideal para casas ubicadas en lugares poco poblados, que se ensucian con polvo o tierra, pero no con hollín u otros agentes derivados de la contaminación. Es un método delicado y poco invasivo, en el que la regularidad resulta vital. Es especialmente recomendable en viviendas que tienen en su fachada elementos delicados como paneles solares, vidrios o maderas blandas.
Es el paso siguiente al lavado con baja presión. Con este método la fuerza del chorro desprende la suciedad de las paredes, sin ayuda de jabones, detergentes o químicos. Por cierto, esta maravillosa casa es obra de Vismaracorsi Arquitectos.
Es imposible tener una fachada impecable si pasamos por alto la limpieza de vidrios. Estos quedarán impecables con agua y vinagre o aerosoles especiales para vidrios siempre y cuando se sequen muy bien, para que no queden manchas de agua.
Si el revestimiento exterior es de madera, será necesario darle los tratamientos que la impermeabilicen y la limpien evitando productos abrasivos. Ceras, barnices y plastificados, son los indicados para un buen mantenimiento de la madera.
En superficies más resistentes podemos utilizar disolventes químicos, que arrancarán la suciedad con poco esfuerzo.
Para mantener la fachada impecable, eventualmente habrá que lijar y pintar. Por supuesto debe utilizarse pintura de exteriores, que resistirá mejor el embate de los elementos.
En seco o con agua, este método es ideal para fachadas como el de la foto, que pueden acumular suciedad y telarañas entre tablillas o romanillas.
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