El tiempo pasa para todos, también para nuestro hogar. Los departamentos, por ejemplo, envejecen y hay que darles una lavada de cara. Pero mucha gente no lo hace por una cuestión de costos…
¿La buena noticia? También se puede renovar nuestra casa invirtiendo poco tiempo y menos dinero.
Es que para renovar el aspecto de una habitación o incluso de todos los ambientes, no siempre hay que pensar en realizar grandes inversiones. En la decoración todo tiene que ver con el buen gusto, y cómo juegan entre sí el espacio, la luz, los colores y los objetos. Y el buen gusto no siempre va de la mano del dinero.
Se trata, al fin y al cabo, de hacer la inversión correcta para que nuestra casa sea otra, o mejor dicho que vuelve a ser la de siempre. Por eso, en este libro de ideas haremos un repaso por algunos consejos para no gasta un dineral innecesario y volver a disfrutar de los ambientes como si fueran nuevos.
Antes de empezar la renovación o tan siquiera a hacer los cálculos, debemos tener en cuenta cuán viejo es nuestro departamento. Los ambientes antiguos suelen estar más gastados, tener más uso y tener paredes altísimas, tres puntos fundamentales a la hora de una renovación.
Renovar una casa vieja puede ser muy costoso, por lo que se aconseja hacerlo de a poco, paso a paso, empezando por ejemplo por pintar un ambiente. Como ya mencionamos, las paredes altas de las casas viejas toman mucho tiempo y consumen mucho dinero, pero a la vez nos permiten jugar e innovar más.
Si, en cambio, nuestro departamento es nuevo las cosas se simplifican. Pintemos las paredes de blanco, que es la pintura más barata, aunque no necesariamente deberemos limitarnos a eso: podemos comprar alguna tintura para pintura y darle un toque suave, tal vez crema, que sin dudas cambiará el aspecto del ambiente.
Si disponemos de un pequeño departamento y no tenemos un gran presupuesto, es fundamental que establezcamos un plan para tener en cuenta cuánto vamos y en qué vamos a gastar nuestro dinero.
Una buena idea es empezar por distinguir aquellas tareas que podemos realizar sin la ayuda de un profesional de aquellas que no. Dejemos para los profesionales lo que realmente no podamos hacer y evitemos no depender de otros. Podemos informarnos, indagar y ver que muchas cosas no son tan difíciles de hacer, o a lo mejor basta con un retoque para cambiar nuestra casa y no necesitamos grandes reformas. Además, al hacer las tareas solos ganamos experiencia y ahorramos dinero, una doble satisfacción.
Otro punto fundamental en nuestro plan, es calcular el costo de los materiales. Lo ideal es encontrar un punto intermedio entre calidad y precio, pero siempre que debamos decidir lo mejor es inclinarse por la calidad. Sí, claro, en este libro estamos intentando ahorrar unos pesos, pero debemos tener en cuenta que gastar plata en calidad no es para nada un gasto sino una inversión. Si ya ahorramos en el presupuesto de un profesional, quizás sea bueno no escamotear en los materiales para que nuestra casa quede preciosa.
El piso es un elemento de la vivienda que puede determinar por sí mismo una apariencia totalmente renovada. A la hora de una reforma de nuestro piso, es necesario tener en cuenta la correcta elección de los materiales y de los profesionales que se encargarán de su instalación. Sí, en este aspecto recomendamos no escamotear. ¿Por qué? Porque de ambos factores depende el evitar problemas posteriores, aspectos como la seguridad de los habitantes de la vivienda e incluso importantes ahorros de energía que por sí solos justificarían económicamente la decisión de reformar.
En el mercado existe una extensa gama de materiales con los que revestir el suelo de tu casa, así que estudiemos bien todas las opciones antes de decidirnos. Tenemos el mármol, la madera, los suelos laminados, etc… Por otro lado, si estamos pensando en renovar la calefacción o instalarla por primera vez, una buena opción es el suelo radiante, un tipo de calefacción altamente confortable que calienta en invierno y refresca en verano.
Los materiales son la clave a la hora de lograr una renovación económica. Deberemos utilizar todo lo que tengamos a mano, y así ahorrar en materiales costosos.
Por ejemplo, podemos utilizar los cajones de frutas de muchísimas maneras: como mesa de luz, como depósito de macetas, como repisa, y mucho más.
El secreto de las renovaciones económicas, está en los materiales. Conseguir los materiales que buscas o necesitas puede costarte mucho dinero, por eso en este aspecto hay que tratar de utilizar todo lo que tengamos a la mano. También podemos convertir restos de madera en mesas, sillas o estantes, y de esa manera además reciclamos.
Sólo es cuestión de usar la imaginación y utilizar los materiales que seguramente tenemos en casa.