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Un arco es una forma estructural curva que transporta cargas alrededor de una abertura. Los arcos han sido una característica destacada en la arquitectura desde la época de los etruscos a quienes se les atribuye su invención, aunque los romanos lo desarrollaron aún más y extendieron su uso. Las técnicas involucradas en el diseño y la construcción de arcos se han desarrollado desde entonces en muchas otras formas estructurales, incluidas bóvedas, arcadas y puentes.
En este libro te contamos todo acerca de ellos. Para qué sirven, por qué son importantes y cuáles son los diferentes tipos de arcos que existen. Encuentra en este libro más información sobre estos elementos estructurales del arte. ¡Acompáñanos en este recorrido!.
Uno de los avances más significativos en la historia de la arquitectura fue la invención del arco. En la antigüedad se colocaba una piedra horizontal sobre otras piedras, primero formando un trilito y luego estructuras más complejas.
Los griegos pudieron resolverlo con sus techumbres a dos aguas, pero fueron los romanos los que introdujeron el arco como uno de los principales elementos estructurales del arte para cubrir claros más largos.
Conforme fue avanzando la arquitectura se desarrollaron diversos tipos de arcos. En general se pueden categorizar por el número de centros que conlleva su desarrollo. Estos serían de uno, de dos y de tres o más centros.
Si bien la principal función de los arcos es la de elementos estructurales, su desarrollo a los diferentes tipos se debió más a un carácter estético. Así es como lo vemos en frentes de casas, ingresos, galerías o ventanas.
El tipo de arco más común es el de un centro, siendo el arco de medio punto el arco base. El principio constructivo es muy simple. Se trata de una sucesión de piedras, bloques o ladrillos que se auto sustentan entre sí y que se reciben en un punto en cada uno de sus costados. El trazo se hace encontrando el punto medio entre esos dos puntos y trazando un arco usándolo como centro.
Si un arco de un centro se extiende se genera bóveda y si se gira tomando su centro como eje se crea una cúpula. En ese sentido, los arcos arquitectura han sido un gran avance y aporte para lograr diferentes tipos de construcciones. Gracias a su importancia y por la extensión del Imperio Romano el sistema constructivo trascendió.
Tras su uso en la Arquitectura Romana el arco fue estilizándose y evolucionando hacia diferentes estilos. La Edad Media y la Arquitectura Árabe llevaron a los tipos de arco a niveles increíbles.
Más ideas sobre arquitectura en: Qué Es El Diseño Arquitectónico Y Por Qué Es Fundamental En Un Proyecto
El arco gótico con base en el arco apuntado y el arco árabe basado en el arco de herradura dieron a los arquitectos maneras más atrevidas y estéticas de usar estos elementos estructurales del arte.
En la antigüedad los tipos de arcos se construían con piedra. De ahí el nombre de la pieza central y con la cual se sustenta todo el sistema constructivo: piedra clave. Los diferentes materiales de construcción se fueron adaptando al arco.
La piedra, además de ser un material pesado es muy costoso. Sin embargo, su apariencia natural y rústica es irreemplazable. También están los arcos de ladrillo , qué comenzaron a ser más utilizados, sobre todo, en el desarrollo de las bóvedas.
Los arcos arquitectura han alcanzado un nivel de desarrollo importante. En la actualidad, arcos de acero y de concreto han sustituido el aparejo de piezas para conformar estos elementos estructurales del arte en un solo elemento.
Gracias a estos avances tecnológicos los arcos han logrado cubrir claros más grandes sin ver afectada su sección. En exteriores forman parte integral de una fachada, aportando rigidez, estética y movimiento.
En la actualidad los arcos son algo más que elementos estructurales del arte para construcciones en las que tradicionalmente se identifican los arcos. Mercados, estadios o hangares tienen grandes cubiertas que están basadas en diferentes tipos de arcos.
Los arcos son estructuras compresivas, es decir, no existen tensiones de tracción. Son autosuficientes, estabilizados por la fuerza de la gravedad que actúa sobre su peso para mantenerlos comprimidos. Esto los hace muy estables y eficientes, capaces de soportar mayores cargas que las vigas horizontales.
Finalmente, la carga descendente de un arco debe transferirse a sus cimientos. El empuje hacia afuera que ejerce un arco en su base debe ser frenado, ya sea por su propio peso o por el peso de los muros de sustentación, por contrafuertes o cimentaciones, o por un lazo opuesto entre ambos lados. El empuje hacia afuera aumenta a medida que disminuye la altura o elevación del arco.
