La Guía Esencial para Utilizar Pintura para Metal

Jimena Sánchez Fernández Jimena Sánchez Fernández
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Olvídate de problemas con el óxido, grises aburridos y brillos exagerados. El metal es necesario en construcción, pero si no se mezcla bien con tu decoración, aquí te decimos enseñamos a modificar su apariencia.

La pintura para metal nos permite cambiar el color original de los grifos, barandales, tuberías o vigas expuestas, mobiliario y hasta accesorios. Con ella también se le da protección anticorrosiva a cualquiera de estos, especialmente cuando se encuentran ubicados en lugares con constante contacto al agua o humedad.

Aprende cómo utilizarla a tu favor, convirtiendo un simple elemento funcional, en un integrante destacado en el diseño interior de una habitación.


La más recomendada

La pintura para metal más utilizada es la de látex o acrílico, porque se adhieren bien al metal y no son nada costosas. Frecuentemente se aplica con brocha, pero se debe ser cuidadoso, pues es usual ver los brochazos en la primera capa.

Cuidado que se cae

Muchos optan por la pintura en aerosol, aunque ésta es de menor durabilidad y eventualmente terminará por caerse. Aunque su aplicación parece más fácil, esto resultará contraproducente en el futuro.

Coloración pareja

La técnica más utilizada para pintar el metal es muy sencilla y dará un mejor terminado, que si se hace con aerosol. Limpia bien la pieza. Posteriormente aplica un primer o imprimante como base para cerrar el poro, lo que a su vez unificará la superficie. Ya seco aplica el color con pinceladas suaves y parejas; verás cómo la cobertura será máxima.

Protección extrema

En las construcciones los metales pueden ser usados en cualquier parte de la misma. A veces son simples elementos decorativos, pero también son de uso rudo. Y aunque el metal pareciera un material inquebrantable, el óxido puede terminar con él rápidamente. Para eso existe la pintura epóxica, que lo recubrirá al máximo.

¿Qué es el epoxi?

Ésta es una resina altamente resistente, utilizada para la protección de superficies que están expuestos al desgaste. Hablemos de cómo ayuda a las piezas metálicas en este caso. Cuando hay una terraza, por ejemplo, construida con vigas, están en constantemente contacto con la lluvia. De no recubrirla bien lo más seguro es que padezca de óxido, que prácticamente es el némesis del metal. 

¿Cómo se utiliza?

La aplicación del esmalte epoxi es un tanto laboriosa. Mezcla dos partes de base con una parte de catalizador y agita hasta ver la mezcla homogénea. Si es necesario se puede rebajar. Nuevamente, limpia la superficie y aplica una capa delgada con rodillo, soplete o pincel. El tiempo de secado es de entre 24-48 horas, en caso de requerir más capas basta esperar alrededor de 12 hrs para ponerlas; sólo recuerda lijar levemente entre ellas para adherirlas bien.

Pintura esmalte

Al igual que los esmaltes utilizados para madera o azulejos, la pintura de esmalte para metal resiste al agua, a la humedad y la abrasión. La variedad de colores es escasa, pero dependiendo la marca obtendrás un acabado uniforme y bien saturado.

Tipos de esmalte

Existen tres tipos principales de pintura esmalte: sintético, de poliuretano y al agua. El primero puede utilizarse en interiores y/o exteriores, mientras que el segundo da acabados más lujosos. El tercero puedes encontrarlo con tecnología antioxidante y es tipo acrílico.

Anticorrosivos

La pintura anticorrosiva es un “must” cuando de metales se trata, si están en contacto constante con fluidos. Estos deben ser de secado rápido, resistentes al agua y a los golpes, de lo contrario podría descarapelarse y dar entrada a los fluidos.

Juntos o en solitario

Algunos tienen la característica de actuar como base, y después se les da el acabado deseado. Otros están hechos para tener ambas funciones: cubierta y acabado. Estos son prácticos y de buena calidad, según el fabricante. Se puede colocar como cualquier otra pintura, sobre una superficie sin polvo. Ojo, si ya hay corrosión despréndela antes de pintar.

Protecciones alternativas

Mencionamos ya una opción efectiva de proteger el metal; sin embargo no es la única. Si el diseño lo permite optar por el acero inoxidable es lo mejor. Si no, depende del uso que vaya a dársele y del tipo de metal, se puede galvanizar, zincar, o recubrir con otros materiales tipo cemento o plástico.

Terminado galvanizado

El hierro y el acero son constantemente vistos en exteriores de inmuebles y al interior, en forma de lámparas, mesas o sillas; siempre deben recubrirse. Una alternativa al esmaltado, que además destaca en decoración, es el galvanizado. Este proceso consta de recubrirlos con zinc a altas temperaturas, dando como resultado un terminado altamente resistente a golpes, corrosión y abrasión.

Metal oxidado

El óxido se hace presente en superficies metálicas, o aleaciones, por la reacción química generada al entrar en contacto con moléculas de oxígeno. Su constante exposición al agua y/o al sol provocan una oxidación evidente, que cuando es demasiada provoca la pérdida de la estructura del metal.

¿Se puede rescatar?

Si la oxidación no está muy avanzada es posible recuperar la pieza. Primero se necesita raspar el óxido con un cepillo de metal, un taladro o, si la superficie es pequeña, quitarlo con una sustancia desoxidante. Posteriormente quita el polvo, asear bien el área y colocar un esmalte o pintura anticorrosiva. Sucede a veces que a veces vuelve a aparecer el óxido; entonces se deberá repetir el procedimiento. También puedes hacer el óxido parte de tu diseño, solo necesitas crear algunas manchas con pintura de este color y simularás una estructura vieja con mucho carácter.

¿Qué hacer si el metal está previamente pintado?

Un decapante es la sustancia utilizada para remover la pintura del metal, solo toma en cuenta que debes seguir las instrucciones al pie de la letra para no dañarlos. Simplemente limpia la superficie y coloca una capa ligera con brocha o pincel, dejándola así alrededor de 15 minutos. Por último, desprende la película que se formó con una espátula; aplica presión moderada para no rallar el fondo.
¿Sabías que el metal también puede ser colorido?

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